El director revelación del año, sin duda alguna, ha sido ingeniero industrial Shane Carruth, que con tan solo 6.000 euros (un millón de las antiguas pesetas) ha realizado, guionizado y puesto banda sonora a la película definitiva de viajes en el tiempo, hablamos de «PRIMER»; además se reserva el papel más jugoso, el personaje de Aaron
El que ganaba el punto de partido ha sido Woody «MATCH POINT» Allen al crear una película que dejaba a todo los espectadores, bien fueran fieles seguidores del director norteamericano o no, pegados a las butacas por su cambio de registro. No sólo ha eliminado el jazz de la banda sonora, para cambiarlo por arias de ópera, también ha dejado atrás su Nueva York natal y se ha venido a rodar a Europa, localizando el metraje en Londres; y para finalizar abandona la comedia y el drama, para revolucionar el thriller.
Dos de las mejores películas del año han tenido en común tener tintes pacifistas. En la primera, la actriz Audrey Tatou nos volvió a enamorar en un «LARGO DOMINGO DE NOVIAZGO», donde su director Junet reservó a Jodie Foster un pequeño pero intenso papel.
En la segunda, los silencios tenían tanta relevancia como las palabras dichas, encontrando así «LA VIDA SECRETA DE LAS PALABRAS», donde los ciegos alcanzan a ver más que los videntes, y los más sabios saben callar, escuchar y prestar atención. Tim Robbins bajó su tarifa para participar en esta producción de los hermanos Almodovar, donde encontró una química perfecta con su compatriota Sarah Polley.
En las antípodas tenemos a Oliver Stone, que volvió a sus derroteros bélicos, pero esta vez con tintes históricos, no sin generar los reguerros de polémica a los que nos tiene acostumbrados, realizando uno de los retratos psicológicos más certeros sobre uno de los grandes estrategas en el campo de batalla, ese es «ALEJANDRO MAGNO»
El más premiado, él que consiguió que millones de espectadores derramaran lágrimas hasta dejar secos los lacrimales del respetable, además tener a «MILLION DOLLAR BABY» y obtener la mejor interpretación de Morgan Fremann, ese no fue otro que Clint Eastwood.
Cuatro de los mejores actores del panorama actual (Natalie Portman, Jude Law, Julia Roberts y Clive Owen) se juntaron tanto que hasta se acostaron unos con otros en «CLOSER», gracias a la gran labor del mítico Mike Nichols, que realiza todo un tratado sobre el deseo.
Robert Rodriguez, Tarantino y Frank Miller rescataron a Mickey Rourke y le llevaron hasta los límites de la Ciudad del Pecado «SIN CITY», para realizar una buena y digna adaptación del comic negro de Frank Miller.
Otro de los fenómenos ha sido Tim Burton que ha hecho doblete en las carteleras con la correcta adaptación del mítico cuento infantil «Charlie y la fábrica de chocolate» y otro cuento muy en la línea de la Pesadilla antes de navidad, hablamos de la «La novia cadaver.»
Los que han demostrado estar en contra de la globalización, destripando lo peor de ella son tres producciones europeas, la primera, «LA PESADILLA DE DARWIN» dirigida de forma sobría y contundente por Hubert Sauper con formato documental, la segunda, con formato de thriller político gracias a Fernando Meirelles, que salió airoso del inmenso jardín que siempre supone adaptar una novela de John Le Carre, hablamos de «EL JARDINERO FIEL», empresa de la cual no todos los directores salen airosos, sino que se lo cuenten al fallecido George Roy Hill con la fallida chica del tambor; y el tercero, fue todo un descubrimiento en las estanterías del vídeoclub bajo un título tan surrealista como «ZOMBIE’S PARTY» (no se asusten porque su título original es «Shaun of the dead», haciendo un juego de palabras con «Dawn of the dead», título original del clásico de Romero «Zombie») se esconde una comedia en clave de terror gore, para realizar su crítica social contra la globalización del sistema.
El adolescente mago Harry Potter cuando dejará de ser el niño mimado de Howgarts, y ganará sus batallas por méritos propios. Mike Newell ha realizado la adaptación del Caliz de fuego con una mano un tanto irregular y floja, sin saber sacar partido de las tensiones sexuales que se generan dentro del trio protagonista de la saga.
El premio a la peor revisitación de un clásico se lo podemos dar este año a Steven Spielberg, por su readaptación con pinceladas muy sospechosas de justificar lo injustificable, como por ejemplo: matar como medida preventiva. Eso y más se puede ver en esta versión vampírica de los alienígenas H.G Welles en «LA GUERRA DE LOS MUNDOS»
Hablemos ahora de la saga protagonizada por el rompecabezas «Jigsaw», ya que ha sido tal el éxito de Saw en las carteleras que antes de finalizar el año nos han traido su secuela. Si la primera parte estaba cogida con alfileres, la segunda para que hablar. Sólo apta para amantes no del gore, si no del mal gusto.
Dreamworks, factoría del rey midas Steven Spielberg, ha producido las tres peores películas del año, la primera protagonizada por Ewan McGregor, del que todos pensabamos ¿habrá vida despues de Star Wars y Obi Wan Kenobi? Las pruebas dicen: No. Porque nada más salir de ella se embarca en un thriller isleño mitad copia de «Coma» de Chritchon, mitad copia de «La fuga de Logan», dirigida por el histérico de Michael Bay.
La segunda venía con señal incluida: ¿un círculo o un cero?, hablamos de la secuela de la gran película de terror «La señal». ¿Para cuándo Samara irá a la peluquería a que la corten el pelo y se la vea la cara? Y a la tercera va la vencida, algo que no podía quitarme de la cabeza es ¿cómo una actriz de la inteligencia y talla de Jodie Foster se mete en ese plan de vuelo, que no lleva a ninguna parte? Otro gran ejemplo, de como una gran idea se puede ver maltrecha por un ineficaz director y guionista.
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