Si algo no tolera el pueblo norteamericano es la mentira. Es una de las peores faltas que un ciudadano puede llegar a cometer en este país. Uno cuando viene de turismo a Estados Unidos y rellena la tarjeta verde, se encuentra ante un conjunto de preguntas, que más de uno calificaría como estúpidas, pero todo tiene aquí una explicación. Entre las que podemos destacar:
- ¿Pertenece usted a una banda armada?
- ¿Ha realizado actividades terroristas?
- ¿Es usted del partido comunista?
- ¿Estuvo implicado en el genocidio nazi?
La explicación es muy simple, si cometes un delito y te pillan, la fiscalía acudirá a la tarjeta que rellenaste en su momento. Evidentemente se encontrarán un «no» en el formulario, y así es como perderás toda tu credibilidad, en menos de un abrir y cerrar de ojos. En ese momento estarás más que hundido. Puede que hayas contado una verdad pero nadie te creerá, porque una vez que estás estigmatizado por la mentira, ya no hay vuelta atrás.
Eso es lo que le pasó a Bill Clinton, que le cazaron en una mentira en el caso Lewinsky. Y el pueblo norteamericano no perdona. Le da igual lo que hagas en tu casa, vamos como si organizas orgías diarias, es decir, se rigen por la regla de “vicios privados virtudes públicas” Yo creo que si Clinton hubiera reconocido que había mantenido relaciones orales con la citada mujer el escándalo habría sido menor, pero lo negó públicamente, y luego se vio que era cierto. Eso fue lo que le hundió realmente. Por eso en campaña electoral se juega destapar los mayores trapos sucios del contrincante, léase el caso Palin en este momento.
Algo que no acabo de entender es por qué esto no funciona ni ha funcionado con George W. Bush. Que nos ha mentido a todos es evidente en este momento histórico, ya que nos dijo que había armas de destrucción masiva en Irak y eso era motivo suficiente para invadirles, pasando por encima de las Naciones Unidas. Pero, por qué se salva, por qué vuelve a ganar las elecciones. Todas esas preguntas se las hace uno al salir de ver «W.», un curioso biopic sobre el último presidente norteamericano hasta el momento. Hay que reconocer la gallardía del director Oliver Stone. Estamos ante el primer caso de que un realizador se atreve a atacar públicamente a un presidente electo y que encima todavía ostenta el cargo. Podemos decir con rotundidad que ha hecho historia. ¿A ver cuando los realizadores españoles aprenden y hacen lo mismo? ¿Para cuándo una película sobre Aznar, poniéndole en su sitio en la historia? Eso nos demuestra que tenemos poca cintura.
El visionado de este largometraje ha sido más que una curiosidad y ha sido una experiencia divertida. Me explico, el cine estaba abarrotado, así que la expectación era máxima. En estos casos, uno se da cuenta de las diferencias culturales, sociológicas y políticas que existen entre los dos lados del charco. Así pues, yo me reía de determinados aspectos del film, mientras que el público se partía la caja con otros.
Pero lo que está claro es que no estamos ante un biopic al uso, es un instrumento de propaganda electoral, así de be ser leída y entendida. Todo aquel que no la vea sobre esos parámetros no le gustará. Tanto Stanley Weiserartífice del guión, con el que ya trabajó en «Wall Street», como Oliver Stone no creo que nos hayan contado ninguna mentira. Sobre todo porque el señor Bush le habría atacado con todos los recursos legales a su disposición, y no sabéis cuantos puede llegar a tener. Stone va un paso más allá, intenta en determinados momentos llegar a justificar al personaje. Considero que no porque se haya encaprichado del personaje, para nada.
Entiendo que lo hace porque no puede acusar públicamente de que sabía que no había armas de destrucción masiva, carece de las pruebas suficientes, así que sigue la artimaña creativa de ponerle como si le hubieran engañado sus asesores. Así que esto es lo peor del metraje, sin duda alguna, cuando el realizador norteamericano intenta justificar lo que todos damos por hecho como injustificable. Aunque visto así, podemos decir que es lo más cínico del metraje. Juegan duramente a realizar un retrato psicológico.
Una vez más este director ha contado con la flor y nata de Hollywood para llevar a cabo su proyecto, como ya le pasara con “JFK” en la que todo el mundo cobró el salir mínimo que marcan los sindicatos. Ha podido contar con James Brolin, que hace un trabajo magistral, se mete en el personaje hasta el fondo. Hay momentos en los que habla, se mueve y expresa como el mismo Bush. Otros, sobre todo en la parte más juvenil del metraje, la caracterización es más difícil, pero aún así no desmerece el visionado. Encomiables son las labores de Thandie Newton que interpreta a Condoleezza Rice, Elizabeth Banks a Laura Bush, Ellen Burstyn a Barbara Bush, Richard Dreyfuss a Dick Cheney, Scott Glenn a Donald Rumsfeld, Jeffrey Wright al General Colin Powell o James Cromwell como Bush padre. Evidentemente el parecido físico en mayor en algunos que en otros, pero aún así todos son reconocibles. Especial mención para uno de papeles secundarios, porque el catódico actor Stacy Keach interpreta al reverendo Earle Hudd. Y este personaje es muy importante porque determina uno de los aspectos psicológicos del personaje.
Yo os recomiendo este largometraje por varios motivos, es una rareza en sí misma, es un documento de propaganda electoral, así que es imprescindible para todos aquellos que pretendan ser politólogos, y desde luego altamente recomendable a todos los amantes del marketing político. Nos es mala, posee su pulso, y su estructura es adecuada. Y como siempre Oliver finaliza con una de las secuencias que seguro pasaran a ser antológicas dentro de su filmografía, y que seguro competirá duramente con la de Willem Dafoe en Platoon con los brazos en cruz. Pero insisto una vez más, no acudid a verla como un largometraje común, porque no lo es, os decepcionará. Y sobre todo porque los europeos tenemos ya muchas cosas superadas en cuanto al caso Bush Jr, y no encontraréis nada relevante en el metraje. Lo curioso es el ejercicio de estilo y retórica que plantea el realizador norteamericano, cuando menos es irónica, cínica y muy vitriólica. Yo creo que os puedo resumir el contenido del film en el siguiente cartel…
Muy buen artículo Alfie, no me llamaba nada la atención ver una película sobre Bush, pero la verdad es que has despertado la curiosidad en mi. 😉
La lió pero parda, parda…
todos hemos flipado con las preguntas del cuestionario al entrar en america, pero ahora que lo explicas asi, todo tiene sentido, no lo habia pensado asi la verdad.
Muchas gracias mi estimado Carlos, espero que la estrenen sin que sepas quién es el próximo presidente de los Estados Unidos, tiene más morbillo la cosa ¿no crees?
Es que por lo que nos ha llegado aquí, creo que hay una paisana que dice que la ha liado parda y que ha salido en todos los medios y en todos los blogs del mundo, así que he encontrado mi estimado Eulez aquí su alma gemela. Pos yo no sabía si había armas, y mira tu por donde que no había 😉
Mi estimado Dick, tu fíjate mucho en lass películas de abogados y de juicios, cuando dicen frases del tipo, noe s menos verdad…, o no es más verdad que…, para darle vueltas a los asuntos. Hasta apra ellos hay grados de verdad. No te parece curioso. Pues claro mi estimado Dick aquí como ern todas partes todo tiene un sentido, lo curioso es encontrárselo. La microsociología explica muchas cosillas 😉
Lo de las 4 preguntas me llama la atención. La 1,2 y 4 hacen referencia a la comisión de delitos, así que nada que objetar. Pero en lo referente a la 3, ¿qué pasa si uno se niega a responder? Porque me huelo que pisotea alguna libertad protegida por sabe dios que enmienda. Si tan amantes, campeones y paladines de la libertad y del mundo libre dicen ser, no es de recibo que se pasen por el arco del triunfo la libertad de asociación y de pensamiento.
En fin, así les va.
En cuanto a la peli de marras… mmm por fin una que a lo mejor hasta pago por verla.
(Últimamente ando muy desganado de ir al cine)
Mi estimado Jmongil, no sé exactamente si eran assí las preguntas, pero se le parecen mucho. O eso he intentado, para poder ilustrar la le idea. Recuerde la premisa bajo la que tiene que ser vista la película no lo olvide, porque si no saldrá echando pestes, porque desde luego no le vana contar nada nuevo 😛
yo respondo si a las 4 preguntas…
Mira que si vienen ahora y me detienen…
bueno Alfie tb está implicado..y de paso Alberto Quintanilla y todos los de reqmana…
ale…si nos espían y caigo caemos todos…
Por cierto tengo muchas ganas de ver la nueva de Stone…siempre me ha fascinado este tipo…aunque lo de «Nixon» fue un poco coñazo!!!
JAJAJAJA eso todos a la comisaria 13 JAJAJAJAJA ¡Qué bueno! Con los machetes y escopetas de cañon recortado. Menuda la que montariamos.
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