«El terror es un virus del espacio exterior»
William Burroughs
Ridley Scott en 1979 realizó la que sin duda puede ser una de sus obras maestras, hablo de «ALIEN». Eso fue gracias a Alan Ladd Jr., que es uno de los productores y directivos con más olfato que ha tenido la industria de Hollywood, y que por aquel entonces estaba al frente de la 20th Century Fox, El guión, escrito por Dan O’Bannon y Ronald Shusett, fue de mano en mano hasta que cayó en las de Walter Hill, Gordon Carroll y David Giler, que por aquel entonces habían fundado la productora Brandywine. O’Bannon tras regresar de París, al haber abandonado el intento de adaptar la magna obra de Frank Herbert «DUNE» a la gran pantalla, se veía en la necesidad de vender un guión, según reconoce él mismo en el making off del DVD de «Alien» realizado por Charles de Lauzirika. En ese proyecto habían coincidido Alejandro Jodorosky, Christopher Foss y Hans Rudi Giger durante dos años. Así que se puso manos a la obra y empezó a escribir. Es variada la bibliografía que habla del proyecto «Memory», que versa sobre un bombardero B-17 durante la segunda Guerra Mundial cuya tripulación se verá atacada por unos extraños seres, como el punto de inicio de este obra maestra. Pero no es así, se pudo ver dos años después en un film de animación realizado en 1981 por director Gerald Potterton llamado «HEAVY METAL».
Se trata de un largometraje que es una homenaje al mundo del cómic. Su estructura es simple. Está integrado por varios episodios y uno de ellos es el que da forma al conjunto y sirve de nexo. El escrito por O’Bannon se llama «B-17» Allí encontraremos ese guión llamado «Memory». En él podremos ver el mal cosificado en una bola verde entra en el bombardero y transforma en zombis a los soldados caídos en la batalla. El final, mejor que lo visionéis por vuestra cuenta.
En el documental de Lauzirika el productor asociado Ivor Powell declara, sin temor a equivocarse, que de una manera consciente o inconsciente Dan y Ronald recogieron ideas de varias películas. Así que siguiendo esta idea, se hace imprescindible bucear en la filmoteca para buscar los verdaderos antecedentes de esta obra definitiva. Hay que añadir que en ningún momento, tanto sus guionistas como su director o productores, incluido Powell, han reconocido públicamente que los referentes de «ALIEN» sean los que vamos a analizar en este post. El guión escrito por Dan O’Bannon y Ronald Shusett «Star Beast», como se llamó en un principio y que nació pensado como un largometraje de serie B, está lleno de referencias y homenajes a otros clásicos del género, pero que tras caer el libreto en manos de la Brandywine, se transformó en una cult movie. El marco conceptual no es muy amplio, y tres serán los padrastros del octavo pasajero. En primer lugar vamos a reparar en el largometraje dirigido en 1958 por Edwar L. Cahn llamado «IT! THE TERROR FROM BEYOND SPACE«.
El film nos traslada al año 1973 y vemos como la nave Challenge 141 se avería en el planeta Marte. A su rescate mandan una segunda nave comandada por el coronel Van Heusen. Cuando llegan a allí descubren que el coronel Edward Carruther de los comandos espaciales de los EEUU es el único superviviente. Así que le culpan de la muerte del resto de su tripulación y le traen de regreso a la tierra para someterle a un juicio. Lo que no sabe Van Heusen es que a su nave ha subido un polizonte con el que se verá las caras.
Jerome Bixby, guionista del film, al igual que Ronald Shusett y Dan O’Bannon responsables del libreto de «Alien» explora el miedo al intruso y lo estructuran en dos partes claramente diferenciadas. En la primera parte de «IT» asistimos a un duelo intelectual entre ambos coroneles. Van Heusen trata de extraer la verdad a Edward y quiere que acabe declarándose culpable de haber asesinado al resto de la tripulación. Distinguiéndose de «el octavo pasajero» en que se trata de una supuesta misión de salvamento. Pero en ambos casos presenciaremos una segunda parte cuyo motor es jugar con ese temor, librándose una autentica batalla campal entre el alienígena y las respectivas tripulaciones.
Uno de los aciertos de Bixby y que explotarán Shusett y O’Bannon será la introducción de la vida cotidiana en la trama, así podremos ver escenas de la tripulación comiendo. Por cierto, que aquí quiero hacer un especial inciso. Prestad atención a la imagen, porque hay un detalle muy relevante que denota el momento en el que está realizado el largometraje. Se puede apreciar que su producción es previa al movimiento de la liberación femenina, al ver que las mujeres integrantes de la tripulación la doctora Mary Royce y Ann Anderson son las que sirven la comida. Poseen un rol muy servicial. Mientras que en el clásico de Scott todo está en el centro y cada uno se sirve a sí mismo. Y lo llevará al extremo al dar una gran importancia a la mujer en el film, es en este punto donde se encuentra la principal innovación de “Alien”. Será una mujer la que protagonice uno de los clímax y catarsis más fascinantes del cine de ciencia-ficción, así asistiremos a los veinte minutos finales más interesantes vistos hasta el momento, aunque muchos vieron en la figura de Sigourney Weaver a una mujer muy andrógina.
La principal baza de «IT» es que no muestran por completo a la criatura, y muestra muchos de los ataques jugando con las sombras y con el fuera de campo, otorgando al conjunto un aire muy expresionista. El paradigma lo encontramos en la escena de la muerte de Joe Kienholtz que os recordará, en cierta medida, a la muerte de Brett en «Alien», tanto por la planificación como por la ejecución de la toma.
Otro elemento tomado por Shuttet y O’Bannon es que la criatura se mueve por las conducciones de aire de la nave, allí es donde se esconde. Jack Calber al igual que el capitán Dallas se adentrarán en ellas en busca de la criatura. Las diferencias estriban en el armamento y el destino del personaje. Mientras que Jack porta una pistola y consigue salir vivo, Dallas será dado por muerto y se defiende con un lanzallamas. Esto es así salvo en la versión del director donde Ripley al final de la cinta le encuentra vivo, aunque ha servido para otros menesteres.
La estrucura espacial de la nave le sirve a los guionistas como elemento generador de suspense y viene impuesta por el diseño de la nave. En el caso de Bixby estaremos ante una relación vertical a diferecia de «Alien» que es horizontal. Pero el extraterrestre en «IT» a pesar de estar en una posición inferior consigue mantener en jaque a la tripulación, y el guionista propone escenas de infarto jugando con las escotillas que separan los diversos espacios de la nave. Mientras que en «El octavo pasajero» a pesar de que la nave posee una estructura que tiende a lo horizontal, juega con los mismos elementos espaciales (compuertas y escotillas) para generar suspense. Así en ambos casos, estos elementos estructurales del decorado servirán para marcar los territorios de las criaturas y será donde darán caza a los humanos.
Como en tantas otras películas de serie B, el fuego sigue siendo una de las armas preferidas por los humanos como defensa. Así Jack Calber cuando queda atrapado en un subnivel de la nave, se defiende con una autógena, y en el clásico de Scott será el lanzallamas una de las herramientas más usadas contra el extraterrestre.
Otro elemento tomado por los artífices de «Alien» de la estructura del guión son las transiciones. En ellas podremos ver como las naves, tanto la Challenge como la Nostromo, pasan por delante del encuadre y sirviendo como elementos de sintáxis narrativa.
En cuanto al desarrollo del climax en ambos casos son muy parecidos. En el caso de Cahn, la tripulación optará por ponerse el traje espacial y abrir las compuertas para vaciar de oxigeno la nave y matar al extraterrestre. Mientras que en la cinta de Scott, Ripley acabará también enfundándose el traje espacial, en una escena cargada de alto contenido sexual, para acabar expulsando a la criatura abriendo la exclusa y despresurizando la nave de salvamento.
En 1965 el director italiano Mario Bava realizaba su obra magna «TERROR EN EL ESPACIO«. En EEUU se distribuyó bajo el auspicio de American International con el nombre de «El planeta de los vampiros». Está basada en el relato «One night of 21 hours» escrito por Renato Pestriniero publicado en la revista de ciencia ficción «Interplanet 3».
La acción arranca cuando dos naves la Argos y la Galiot descienden sobre un planeta inhóspito, desolado y lleno de niebla para investigar una señal que están recibiendo. Las tripulaciones están emocionadas porque andan buscando nuevas formas de vida inteligente.
Durante el aterrizaje tendrán problemas porque son atraídos por una gran fuerza gravitatoria, superando el momento de fuerza G 7 (sic) y además, perderán el contacto entre ellas. Una vez en la superficie del planeta los integrantes de la Galliot llaman pidiendo auxilio a la Argos. Estos organizan una expedición de salvamento y salen a su encuentro. La sorpresa vendrá cuando descubran que tras salir del trance en el que entraron al descender sobre el planeta se mataron entre ellos. Los paralelismos con este film, de estética más kitsch y llena de colorido saturado, son más que evidentes, y van más allá de de lo puramente argumental. Los podemos encontrar en la escena del aterrizaje.
También en las imágenes de la nave en tierra.
Pero son evidentes en el desarrollo del guión, ya que cuando quieren acudir a rescatar a la tripulación de la Galliot la nave se ha estropeado y deben repararla. Este hecho les obliga a realizar una expedición a pie, integrada en este caso por cuatro miembros de la Argos, para adentrarse en el inhóspito planeta.
En ambos casos hay una secuencia dedicada a enterrar a los miembros fallecidos.
Así como los momentos reflexivos del capitán Mark Markary con el ordenador central de la nave sobre las distintas alternativas que tienen para solventar la situación.
O la escena de Garr en la enfermería rodeado por el capitán de la nave y parte de la tripulación, como el doctor Karan o la bella Sanya .
Los personajes de Tiona y Sanya distan bastante de los dos personajes femeninos de «IT! The terror from beyond space», hablo la doctora Mary Royce y de Ann Anderson. Para acercarse más a la teniente Ripley o a la oficial Lambert de «Alien». A medida que avanzamos en el año de producción la evolución del rol femenino en las películas es más que palpable.
Pero además descubren una nave espacial y serán en este caso también tres miembros de la Argos, el capitán Mark, Tania y Kell, los encargados de acudir a explorar en su interior, igual que harán Dallas, Lambert y Kane. Pero es más, sorprendentemente en su interior descubrirán también el fósil de un humanoide fallecido.
Podremos encontrar una diferencia argumental entre «Alien» y «Terror en el espacio» en el mensaje. Mientras que en el caso de Scott es una advertencia en el de Bava es un engaño, porque lo que desean los alienígenas es salvar su raza porque su sol se está apagando y les necesitan para sobrevivir. Así llegamos a la última coincidencia argumental, el plan que traza el capitán Mark es poner cargas de plutonio y desintegrar la Galliot con todos los muertos vivientes dentro.
Un año más tarde, en 1966, Curtis Harrington escribía y dirigía el inquietante largometraje llamado «EL PLANETA SANGRIENTO«, con todo un elenco de lujo Dennis Hooper, John Saxo o Basil Rathbone. Esta basada a su vez en la película dirigida por Otar Koberidze y Mikhail Karzhukov llamada «Mechte navstrechu«, aunque no esté acreditado el origen de la trama en los títulos de crédito. Lo verdaderamente curioso es que Mikhail se encargó de realizar los efectos especiales de esta cinta. Harrington contó con Roger Corman y Samuel Z. Arkoff, dos instituciones en el género, para levantar el proyecto y crear esta joya de la serie B.
Sitúa la acción en el año 1990. El Instituto Internacional de Tecnología Espacial se dedica a explorar otros planetas. Al igual que en los casos anteriores reciben un mensaje de un planeta ubicado en un sistema solar distinto del nuestro, en el que nos avisan que van a enviar a un embajador.
Pero su nave se avería. El embajador alienígena se ve obligado a realizar un aterrizaje de emergencia en Marte y mandarnos un mensaje de socorro. Pero la pregunta que surge es…¿vendrá en son de paz? Obviamente no. Así que los protagonistas se traslarán hasta la base lunar «Luna 7». Desde allí despegará la nave Océano que irá a su encuentro.
Aunque el destino de la misión se verá truncado por una explosión solar que la dañará. El problema es que la Océano 2 no está lista aún, pero al intrépido Allan Brenner se le ocurre un descabellado plan para acudir al rescate de su amada Laura James que va a bordo de la Océano. Para ello irá acompañado de su fiel compañero Tony Barrata en la Midio hasta situarse en la órbita de Marte. Una vez allí aterrizarían en Fogos que es uno de sus satélites, para posteriormente saltar a Marte y terminar de realizar el rescate. Brenner descubrirá que la nave nodriza se estrelló en el planeta rojo mientras que la de emergencia aterrizó en Fogos, y así rescatarán así a la única superviviente de la nave extraterrestre.
Lo malo es que ahora son tres, y en el vehículo de rescate de la Midio sólo hay espacio para dos. Así tras jugárselo a cara o cruz, Tony se queda esperando a la nave Océano 2 mientras que Allan y la extraterrestre aterrizarán en Marte para rescatar a los del Océano. A partir de este momento de la trama es cuando empieza a jugar con la idea del extraño dentro del grupo, en este caso es más reducido que en «Alien». Pronto descubrirán que la alienígena se alimenta de sangre tras matar al astronauta Paul Grant.
Al igual que en «Alien» y en los casos precedentes asistiremos a una ceremonia fúnebre, que en este caso es tan conmovedora como la de Kane.
Al igual que pasaba en «Terror en el espacio» todo el léxico del film está lleno de palabras con aires pseudocientífico para dar idea de novedoso y futurista que es todo. Así encontramos líneas de guión tan jugosas como: «Según el factor DH de la carta de navegación hemos recorrido 75.000 millas rumbo a Marte. Continuamos en línea perpendicular hacia el sol. A medida que nos aproximamos a Marte su color se convierte en más tibio, lo que nos sugiere una intensa oxidación de las sustancias terrosas». Aunque hay que reconocer que en el caso de Mario Bava es más acentuado si cabe, llegando a ser muy divertido: «Sin embargo, siguen haciendo señales. La localización es más clara ahora. En mi opinión el punto tiene que ser 15 grados cerca coaxial alfa nueve. Exacto. Las coordenadas espaciales concuerdan con las del teletoscopio» Y la Argos posee artilugios tan novedosos como un desviador de meteoritos inversor del campo y la tripulación mide las distancias en quarsec (sic). Al igual que pasa en «Alien» el ordenador de abordo les marca la rutina, y se comunica con señales luminosas, como podemos ver en la escena del desayuno en la que Dallas es llamado por Madre, ya que la luz amarilla es sólo para llamarle a él. En el largometraje de Harrington también pasa, sólo que además les marca la rutina diaria (periodo de descanso, comida, etc.)
En este caso las transiciones que podemos ver del cohete son escasas y no marcan tanto la pauta del ritmo narrativo, como si ocurre en casos previos o como se puede ver en «Alien»
Al igual que pasaba en los casos anteriormente mencionados, los ataques nunca se ven en plano general, aunque en este caso y marcando una clara diferencia no hay el menor reparo en mostrar planos generales de la alienígena, sobre todo por su aspecto humanoide.
En «Alien» será el oficial médico «Ash» el encargado de velar porque llegue a la Tierra el espécimen en perfecto estado. Llegando a las últimas consecuencias, al igual que en el film de Curtis Harrington, y el encargado de llevar esa gran tarea será el comandante Anders Brockman que justificará y protegerá a la voraz extraterrestre. Ash y Brockman, son auténticos quintacolumnistas dentro de sus tripulaciones. Entienden las órdenes que les han encomendado y comprenden que se trata en ambos casos de un espécimen valioso, y que la ciencia no ha estudiado nada parecido, por eso, por encima de todo debe llegar en perfecto estado a la Tierra.
Piensa que es valiosa, le encanta y le parece fascinante. Incluso cree que actúa de forma correcta dentro de su escala de valores. Así que sus conceptos morales puede que sean distintos. Por todo ello no hay que matarla.
Y la última coincidencia es que se trata de una Reina, que pone huevos.
Como conclusión se puede decir que esta historia de mineros espaciales luchando con una bestia posee realmente dos cosas novedosas, una el ciclo biológico, muy bien descrito y llevado a la pantalla gracias a los increíbles diseños de Giger, y en segundo lugar que el quintacolumnista sea un robot, el personaje de Ash, porque el personaje del traidor ya estaba en alguna de los referentes, y esto fue todo obra del guionista y productor Walter Hill, como reconoce Ronald Shusett y Gordon Caroll en el making off sobre «Alien»
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